Luiz Inácio Lula da Silva se impuso por la mínima diferencia en el ballotage más polarizado de la historia de Brasil y será de nuevo presidente. Con el 100% de los votos escrutados, el ex mandatario obtuvo el 50,90% frente al 49,10% de Jair Bolsonaro, y volverá al poder.
A pesar de los escándalos de corrupción y las investigaciones por casos como el de Lava Jato, el autodefinido “joven de 76 años” llega a la presidencia de Brasil por tercera vez, después de 19 meses en prisión. En marzo de 2021 recuperó sus derechos políticos con la anulación de su sentencia por irregularidades procesales.
Dos veces presidente entre 2003 y 2010, Lula dejó el poder con una popularidad de casi 90% tras una gestión en la que 30 millones de los más de 200 millones de brasileños salieron de la pobreza. Aunque el panorama para este mandato es muy diferente debido a la polarización histórica que vive el país lo cual se ve reflejado en la mínima diferencia por la que obtuvo su victoria, apenas 1.8% que indica la fuerte oposición que se tendrá en este mandato.
Brian Winter, redactor en jefe de la publicación Americas Quarterly, previó un “gobierno débil” de Lula: “Estará bajo la lupa desde el primer día y hará frente a un Congreso hostil”, dijo.
El Tribunal Superior Electoral (TSE) felicitó a Lula en su condición de “presidente electo” de Brasil y descartó que Bolsonaro pueda desconocer el resultado, pese a que aún no se ha pronunciado. “Llamé (por teléfono) a ambos candidatos y los felicité por haber participado en esta fiesta de la democracia que son las elecciones”, dijo en una rueda de prensa el presidente del TSE, Alexandre de Moraes.
En redes, durante los comicios se compartían imágenes y videos de la presión ejercida por policías y militares en algunas regiones en donde Lula era más fuerte, o la diputada Bolsonarista persiguiendo seguidores de Lula con un arma de fuego, al parecer para evitar el sufragio previendo una derrota en las elecciones más polarizadas de la Historia de Brasil