El hambre a la vuelta de la esquina

Comparte con tus amigos

Por: Robinson Gutiérrez

 

** Este artículo busca incentivar a ser parte de la campaña Alimentatón del Banco de Alimentos de la ciudad de Ibagué, que se estará desarrollando del 16 al 20 de octubre.

 

Uno de los imaginarios sociales construidos en la sociedad colombiana, radica en la consideración de los problemas, a partir de dos opciones: como aquello que sucede de manera lejana, en otro contexto y distanciado de manera significativa con nuestra realidad. A su vez, la posibilidad de concebir las consecuencias de las problemáticas sociales, solo cuando éstas tocan nuestra puerta. Ejemplo de ello, la inseguridad, la guerra, el padecimiento de enfermedades complejas o en este caso, el hambre, tema que merece una reflexión profunda en la sociedad colombiana.

De esta manera, se nos hace necesario dimensionar que la problemática del hambre no radica en un fenómeno “distante” contextualizado en la situación social de algunas comunidades del país, sino mucho más cerca de lo que creemos, de ahí que el hambre puede estar a la vuelta de la esquina.

Situación anterior, que resulta paradójica teniendo en cuenta la trayectoria agrícola del país, el cual hasta mediados del siglo XX, más del 50% de su población fue rural y parte de su economía se basó en el autoabastecimiento. Circunstancia que irá cambiando luego de la década del 50´debido al desplazamiento del campo a la ciudad como consecuencia del conflicto y la violencia entre las fuerzas del Estado y múltiples organizaciones al margen de la ley.

Hechos que han permitido una reconfiguración de la sociedad nacional, ya no fundamentada en el entorno rural, donde las dinámicas de autoabastecimiento eran una constante, para centrarse en el juego comercial, que implica actualmente nuestra alimentación. Ahora el campesino no labra la tierra, sino que éste se va a la gran ciudad a emplearse, dejando de lado paulatinamente la cultura del autoabastecimiento.  Dinámica social que estuvo vigente hasta buena parte del siglo XX.

De hecho, actualmente la iniciativa –de unos pocos – del autoabastecimiento resulta como una propuesta “antisistema” que puede solventar el dilema entre la seguridad alimentaria  VS soberanía alimentaria[1]. Opciones que   para muchos no se logran diferenciar de manera clara, pero que tienen enormes repercusiones en la vida de millones de personas.

Así pues, un buen ejemplo de lo anterior, se puede materializar en las consecuencias de la pandemia del Covid-19 en el país, la cual visibilizó las enormes dificultades que tienen millones de colombianos para acceder a un derecho tan fundamental como lo es la alimentación.

Cabe aclarar, que dicho flagelo no radicó única y exclusivamente en el contexto de la pandemia, ya que este viene siendo una problemática de orden global, pero que se hizo más evidente durante el escenario de aislamiento social decretado por el gobierno nacional en el 2020.

De hecho, según el DANE, Colombia pasó de un desempleo del 10% en enero del 2020 al 19,8% en abril del mismo año. Lo cual impactó de manera significativa en la vida de millones de personas en el acceso  a los productos de primera necesidad alimentaria, pese a las múltiples ayudas que el Estado buscó desarrollar, entre ellas: Familias en Acción, Ingreso Solidario, Jóvenes en acción, Colombia Mayor.  Iniciativas que buscaron contribuir a la difícil situación de miles de colombianos, pese al reclamos de miles de personas por no recibir dichas ayudas sociales.

De ahí que, la consideración del problema del hambre no es una dinámica que solo deba contextualizarse en regiones específicas del país, sino entender ésta como un flagelo cada vez más cerca de cada uno de nosotros. El cual en muchas ocasiones se silencia, pero que genera múltiples consecuencias, entre ellas el desarrollo cognitivo de los menores, bajo rendimiento escolar, afectaciones en la salud física y la invisibilización que miles de personas hacen de él por el estigma social que esto puede llegar a generar.

 

P.D.  no olvidemos realizar nuestro aporte a la campaña de la “Alimentatón”

 

[1] Entendida la Seguridad Alimentaria como la posibilidad que tiene un Estado de acceder a los productos necesarios para su alimentación a través del intercambio comercial. En cuanto a la Seguridad Alimentaria, como la posibilidad de un Estado de producir sus propios alimentos dentro de sus fronteras, sin la dependencia extranjera.

Comparte con tus amigos

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *