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Una carta al CNE que agita el calendario electoral

El Pacto Histórico, la colectividad más cercana al presidente Gustavo Petro, sorprendió este 22 de septiembre de 2025 con una jugada clave: pidió formalmente al Consejo Nacional Electoral (CNE) modificar las fechas de su consulta interna para escoger candidato presidencial.

La carta, firmada por Andrea Vargas (Colombia Humana), Gabriel Becerra (Unión Patriótica), Carlos Alberto Benavides (Polo Democrático) y Jaime Caicedo (Partido Comunista), busca que la consulta pase del 26 de octubre al 23 de noviembre, y que el plazo de inscripción de candidatos se corra hasta el 3 de octubre.

El trasfondo: choques con el CNE y fusión en suspenso

El movimiento justifica la petición en las dificultades jurídicas y logísticas que enfrenta tras la decisión del CNE: sí les permitió actuar como partido único, pero excluyó la fusión con Colombia Humana y Progresistas.

Esto golpea directamente a liderazgos como el de la senadora María José Pizarro, una de las precandidatas más visibles, y abre un terreno de incertidumbre para otros aspirantes como Carolina Corcho y Gustavo Bolívar, quienes incluso ya interpusieron acciones legales para defender su derecho a participar en igualdad de condiciones.

El reloj electoral y la jugada política

La petición llega cuando el calendario ya había sido aprobado, lo que deja la pelota en la cancha del CNE. El registrador Hernán Penagos fue claro: no es competencia de la Registraduría, sino del propio Consejo.

El reto es el tiempo. ¿Podrá el Pacto ordenar su consulta en apenas un mes? ¿O realmente busca ganar espacio para resolver la tensión por la exclusión de Colombia Humana y Progresistas?

Los argumentos de los firmantes

En la carta, los dirigentes del Pacto Histórico insisten en que la notificación del CNE llegó tarde y que requieren tiempo para estudiar sus efectos jurídicos. También señalan que un ajuste de fechas permitiría un proceso “más ordenado”, recordando que en el pasado se han hecho modificaciones similares cuando la realidad política lo exigía.

¿Táctica de supervivencia o pulseada con el CNE?

El trasfondo es claro: la decisión del CNE condiciona el futuro de la coalición y podría recortar la fuerza de su consulta presidencial. En ese escenario, la petición no es solo logística, sino profundamente política. El Pacto Histórico se juega el margen de maniobra para evitar una fractura interna antes de elegir a su candidato.

Editorial

En la arena política colombiana, cada fecha es una estrategia. El Pacto Histórico no solo está pidiendo tiempo: está exigiendo un espacio para recomponerse tras un golpe institucional que lo deja tambaleando.

El CNE tendrá que decidir si se abre un compás de espera o si le cierra la puerta a un ajuste que, más allá de lo técnico, tiene un impacto directo en la democracia interna de la principal fuerza del petrismo.

Lo que está en juego no es solo un calendario, sino la posibilidad real de que el Pacto Histórico llegue con cohesión a la carrera presidencial de 2026.

¿Será este aplazamiento un salvavidas político o la confirmación de que la coalición está en crisis?

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