A rodar en línea. Buena esa.

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Óptica periodística

Nelson Germán Sánchez Pérez –Gersan-

No cabe duda que la realización en Ibagué de los Campeonatos Mundiales de Patinaje de Velocidad 2021 que inician hoy es una buena noticia. Un valioso esfuerzo de la Gobernación del Tolima, a través de Indeportes Tolima, con entidades locales y nacionales, que debe medirse en sus justas proporciones y que viene bien en estos momentos. Luego del evento la pista de patinaje quedará certificada y sin duda ese es un valor agregado importante.

Se calcula que 1.400 deportistas de por lo menos 27 países, incluidas potencias como USA, Francia, Holanda, Italia, España y Argentina estén – o están- en la ciudad para competir. Por eso, es importante que esté limpia, literalmente hablando. Sin basuras en sus calles, con sus parques adecuados y embellecidos, separadores perfilados, cuadrillas de tapa-huecos sobre sus vías principales y secundarias.

La seguridad redoblada y presencia policial -y por qué no del Ejército- en zonas críticas, que den un mensaje de persuasión a las bandas y los amigos de la ajeno para que no vayan a robar o hacer pasar sustos innecesarios a las delegaciones deportivas, sus familias, la prensa y sus acompañantes. La ciudad debe marchar como un reloj; que Celsia, el Ibal e Interaseo tengan planes de contingencia preparados para surtir sus servicios en eventualidades o por imprevistos de la naturaleza como las fuertes tormentas eléctricas ya presentadas.

Que en una alianza con medios de comunicación, portales, opinadores e influenciadores se trabaje en noticias positivas para resaltar los lugares que vale la pena conocer, las figuras públicas y deportivas de Ibagué, sus tradiciones, los hitos históricos, en fin, que den cuenta de la otra cara. Así como que sus calles principales y cerca al escenario principal estén engalanadas de ese ambiente alegre de competencia.

No nos llamemos a engaños ni exageraciones frente a que se parte la historia de la ciudad con el evento o se pone un punto insuperable, nada de eso. Ya es hora que desde la administración pública -frente a cualquier actividad, decisión o acción- no se desgaste la figura literaria de la hipérbole, los adjetivos superlativos y la rimbombancia. Hay que dejar el show, como dicen los muchachos hoy, para centrarnos en las justas proporciones de la importancia del evento que creo con sensatez, coherencia y verdad la dio el presidente de la Federación Colombiana de Patinaje, José Acevedo, al afirmar que el mundial será una puerta para otros eventos de este tipo en Ibagué. Así de sencillo, así de claro, pero así de importante. Porque consolidarnos como un destino del deporte en Colombia y posteriormente para el continente tiene un largo trecho aún. Se han dado significativos pasos que se suman a este campeonato como el panamericano de patinaje, un torneo internacional de tenis, unos nacionales de esgrima, vueltas ciclísticas y eventos de exhibición. Pero falta bastante.

De otro lado, y más allá de conocer las cifras económicas de siempre sobre ocupación hotelera, ventas, comercio, reactivación de sectores cuyos servicios se requieren alrededor del mundial, que son importantes por ser el sustento para muchos paisanos, las realmente transcendentales son las que hay que empezar a medir en materia de impacto social e impulsarlas por la salud física y mental de todos. Que son el verdadero motor que alienta las cifras económicas.

Hay que aprovechar el mundial para medir y estimular en positivo el estado de ánimo general, hoy golpeado; la sensación de mejora colectiva y el sentimiento de orgullo; el optimismo de deportistas al ver su esfuerzo, disciplina y sacrificio recompensados al compararse y competir; así como despejar del ambiente el sentimiento de derrotismo; medir qué sensaciones y percepciones quedan en la ciudad. Tabular lo que piensan quienes vinieron, los comentarios en sus redes, los informes de los medios invitados. No se trata de un trabajo de prospectiva, pero sí de saber que variables se materializan para un escenario apuesta de futuro. Es tarea convertir esas frías cifras en datos e información para tomar decisiones. Son urgentes para comenzar a superar el fiasco y robo del 2015, la calamitosa situación por la pandemia y la coyuntura actual de desgobierno local.

Para finalizar, sin duda se ratifica que Ibagué cuenta es con un Gobernador-Alcalde que de facto y por liderazgo ha asumido a la capital tolimense poniendo en marcha iniciativas como este mundial, al dar recursos regionales jalando a la administración local; porque el Alcalde seguramente está es ensayando discursitos, las poses ante las cámaras, alistando las pintas de exhibir durante el evento, en fin, de lo que puede dar y que lo agota tanto que seguramente en un mes vuelve a enviarlo de vacaciones por estrés y cansancio, pero esta vez de tanto “patinar”.

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