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Por Oscar Charry

De la U y el uribismo a figura de oposición en Bogotá

Daniel Briceño es abogado, analista político y concejal de Bogotá por el Centro Democrático, que construyó su perfil desde el control político y la exposición mediática. Antes de llegar al cabildo, trabajó más de nueve años en el Concejo: primero como profesional universitario, luego como asesor y finalmente como cabildante, lo que le dio conocimiento fino del reglamento interno, de la burocracia distrital y de las grietas de la administración local.​

En el periodo 2024–2027 se consolidó como una de las voces más visibles de la oposición al alcalde Carlos Fernando Galán, con debates sobre el manejo de recursos, contratos, empresas públicas y decisiones clave de movilidad y seguridad. Esa postura lo proyectó como una ficha del uribismo en Bogotá, en un momento en que el partido buscaba renovarse con rostros jóvenes y de alta presencia en redes sociales.​

Un concejal hecho a punta de control político

Su marca política en el Concejo se construyó alrededor de tres ejes: denuncias sobre uso de recursos, narrativa de defensa del bolsillo ciudadano y presión mediática constante sobre la administración distrital. Briceño protagonizó debates sobre viajes de concejales, contratación cuestionada y decisiones del alcalde Galán, convirtiéndose en un referente de oposición “de línea dura” aunque dentro de los canales institucionales.​

Ese estilo lo hizo blanco de críticas por parte de sectores de gobierno, que lo acusaban de hacer “show” y campaña permanente, pero también le aseguró visibilidad nacional en noticieros, portales y redes, un capital clave para dar el salto al Congreso. En un ecosistema político saturado, su narrativa de “defensor de los recursos públicos” y “concejal incómodo” se convirtió en su principal activo.​

La renuncia: fechas, forma y mensaje

La renuncia fue presentada mediante una carta irrevocable dirigida a la plenaria del Concejo de Bogotá, fechada el 1 de diciembre de 2025 y efectiva a partir del 4 de diciembre. Con esa jugada, Briceño cumple el requisito formal de desvincularse del cargo antes de inscribirse como candidato a la Cámara de Representantes por Bogotá en la lista del Centro Democrático.​

En la comunicación, el concejal agradece al Concejo y a sus funcionarios, resalta que la corporación fue su lugar de trabajo durante más de nueve años y subraya que se retira “con la tranquilidad del deber cumplido”, tras haber defendido el interés ciudadano y los recursos públicos. Además, expresa gratitud a los bogotanos que lo eligieron y presenta su salida como cierre natural de un ciclo y comienzo de otro en el escenario legislativo nacional.​

Qué dijo al renunciar: narrativa de cierre de ciclo

En sus declaraciones públicas y en la carta de renuncia, Briceño insiste en tres ideas:

  • Que representar a los ciudadanos como concejal fue “uno de los mayores honores” de su vida política.​

  • Que se va con la sensación de haber cumplido su responsabilidad de controlar la administración y cuidar los recursos.​

  • Que la renuncia es un paso coherente con su aspiración a la Cámara y con lo que venía anunciando frente a las reglas de inhabilidades.​

En entrevistas recientes, reiteró que presentaba su renuncia hacia el 1 de diciembre justamente para respetar los tiempos legales antes de la inscripción de listas al Congreso, que irá entre el 6 y el 8 de diciembre. El mensaje hacia su electorado es de continuidad: dejar el Concejo no es retirarse de la política, sino escalar la pelea al Congreso.​​

La aspiración a la Cámara: cabeza de lista uribista

El Centro Democrático definió que Daniel Briceño encabezará la lista a la Cámara de Representantes por Bogotá para las elecciones legislativas de 2026. Su objetivo será asegurar una de las 18 curules que corresponden a la capital, representando al uribismo en un escenario donde el partido busca recuperar terreno perdido en 2022.​

De acuerdo con versiones internas del partido y medios políticos, su candidatura combina varios ingredientes que la hacen estratégica: juventud relativa frente a figuras tradicionales, alto reconocimiento en Bogotá, narrativa anticorrupción y capacidad de confrontación mediática con el gobierno nacional y con la administración Galán. Desde la campaña, Briceño ya se presenta como “defensor de Bogotá en el Congreso” y enlace entre denuncias locales y control político al Gobierno Petro.​

La polémica por posibles inhabilidades

La jugada no llega sin ruido. El abogado y líder social Óscar Benavides presentó ante el Consejo Nacional Electoral, la Procuraduría y la Registraduría una solicitud para que se estudie una posible inhabilidad de Briceño para aspirar al Congreso. El argumento es que, al ejercer autoridad política como concejal, habría debido renunciar con un año de anticipación (marzo de 2024) para poder ser candidato en 2026.​

Briceño respondió en medios y redes que esa interpretación no aplica a los concejales, se respaldó en conceptos del Consejo de Estado y de Función Pública, y sostuvo que la exigencia legal es renunciar antes de la inscripción de la candidatura, no un año antes. Además, señaló que detrás de la denuncia hay intereses políticos de quienes también aspiran a una curul, acusando a Benavides de usar su nombre para posicionarse como candidato por circunscripciones especiales.​

Qué significa su salida para el Concejo de Bogotá

La renuncia de Briceño no solo es un movimiento personal, también reconfigura el mapa del Concejo de Bogotá. Su salida deja un vacío visible en la bancada del Centro Democrático y anticipa que otros concejales de diferentes partidos podrían seguir el mismo camino para buscar curules en el Congreso.​

En términos políticos, el galanismo pierde a uno de sus opositores más ruidosos dentro del recinto, aunque seguramente ese rol será ocupado por otros cabildantes de derecha u oposición. A la vez, la administración podría tener un margen ligeramente más amplio para avanzar proyectos sin la misma presión mediática, mientras los debates fuertes se trasladan a la campaña legislativa y presidencial de 2026.​

Claves para entender su apuesta al Congreso

Para la audiencia de Café Político, hay al menos cuatro claves para leer esta movida:

  • Briceño pasa de un escenario local a uno nacional, apostándole a que su narrativa de control político en Bogotá conecte con un electorado uribista que busca renovación de vocerías.​

  • Su renuncia está milimétricamente calculada para entrar al calendario electoral sin, según él, violar las normas de inhabilidades, aunque ese punto seguirá en discusión jurídica y mediática.​

  • El Centro Democrático usa su figura como carta fuerte en Bogotá para intentar recuperar voto urbano, históricamente esquivo para el uribismo en las últimas elecciones.​

  • Los debates y denuncias que lo hicieron conocido en el Concejo se convertirán ahora en insumo de campaña: control a Galán y oposición a Petro serán el relato base para pedir el salto al Congreso.

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