Retos, los medios en pospandemia (II)

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Óptica periodística

Nelson Germán Sánchez Pérez

En mi columna anterior nos ocupamos de algunas de las conclusiones sobre el futuro de los medios de comunicación y el periodismo en pospandemia, que inicia en el año 2022, de expertos del mundo reunidos en SIPconnet 2021, evento de la Sociedad Interamericana de Prensa. Agradezco los comentarios y reacciones a la primera entrega. Entremos en materia.

Es claro que las relaciones con las audiencias, las nuevas y diferentes formas de identificarse con ellas se intensificarán y no serán parecidas a las que existían antes de la revolución digital. La pandemia y su crisis puso en evidencia la importancia de una relación más personal, con experiencias reales, en un gana-gana. Hoy hay un público proactivo. La pandemia desnudó que es a través de esa relación, de lo que antes se llamaban genéricamente suscriptores, donde se pueden obtener mayores recursos.

De ahí el cambio de suscripción a membresía que imperará y que los grandes medios ya comenzaron. Que usted sea socio, parte de y, ser comunidad es el reto. No se trata solo de algo comercial, si no desarrollar “engagement”  (compromiso) para enganchar al portal o la web; el momento de aprender de lo hecho por las plataformas tecnológicas comenzó.

Reto: Los medios de comunicación y el periodismo deben volver a ser relevantes para sus comunidades, no “importantes”, si no significativos, referentes en positivo. Tener estándares éticos y periodísticos más altos con el entorno. Dar un periodismo de identidad, empatía y confianza con prácticas de transparencia y rendición de cuentas. Los medios eran los líderes tecnológicos, ya no; estaban acostumbrados al liderazgo, hoy no; daban verdades incuestionables, ya no; deberán volver a buscar eso. “Si no cubrimos a la sociedad y lo que la aqueja, para que sea escuchada, para visibilizar el conflicto, la sociedad creará sus propios canales de información y comunicación” Darryl Holliday/Columbia Journalism Review.

La actual generación, que será la consumidora de medios y periodismo, es una generación difícil, dura, pero no tonta y exige cambios de 180 grados que aún no entienden y tiene a medios y  redacciones danto tumbos. Es claro que el consumidor y cliente principal de toda medio y labor periodística es el lector y no el anunciante.  El contenido y la credibilidad están más vivos que nunca. Sugerencia: leer “A quemar las naves”.

Para subsistir, los medios tendrán que adoptar una cultura de producto. Entender que un diario es un mono-producto y hay que transitar hacia multiproductos cada uno con personalidad, características propias y gestión de particularidad. Habrá más “newsletter” (boletines informativos) para celulares, correos, tablet, portátiles o relojes.

Es un hecho que en América Latina los podcast van en crecimiento (en computadoras y reproducción portátil) y ningún medio puede darse el lujo de no estar ahí. Ojo, no como una migración de radio, sino con sus propios tiempos y lenguajes de posd.

De otra parte, necesario trabajar en crear eventos periodísticos que generen noticias en sí mismos, pero, además, que puedan ser lucrativos. Que formen, capaciten o introduzcan en oficios y rutinas, desde la virtualidad y direccionen ingresos.

El esfuerzo de capacitación interna debe ser rutinario. Igual que diversidad, equidad e inclusión ser reales en las salas de redacción y los contenidos.  Así mismo, se requiere poder de autocrítica, porque por antonomasia medios y periodismo critican, pero no lo hacen así mismos y han caído en cegueras frente a su deber, su labor y su importancia social.

De otra parte, la discusión sobre la necesidad de subsidios desde el Estado, no desde los gobiernos, se pondrá sobre el tapete sin penas, pero exigiendo que no sean utilizados como forma de presión indebida a los medios. Esto, porque habrá un ensanchamiento de la distancia entre medios grandes y medios chicos y los medios locales son los que más construyen democracia, y ese es un gran desafío del periodismo mundial: mantenerlos abiertos y vigentes; pues siguen presentes precisamente porque se encargan de lo que toca directamente al ciudadano en sus localidades.

Sin demoras debe adoptarse la cultura de datos. Contar con personas especializadas en realizar métricas para saber interpretarlas y no solo tenerlas en pantalla; métricas de constante análisis en la redacción y la empresa, sin subordinarse a ellas. Así como dar un uso práctico a la Inteligencia Artificial –IA-. La IA hará más textos periodísticos no creativos si no repetitivos. El muro de pago y la sofisticación de la experiencia gracias a la IA se impondrá. Es una obligatoriedad que los medios cobren por los contenidos que producen y que las plataformas que los utilizan paguen por ellos y más si les colocan publicidad.

Todos los medios, en especial los grandes, entendieron que deben crear alianzas entre empresas periodísticas, ya no son medios autosuficientes, requerirán de otros con sus especialidades y fortalezas; debido a la tecnología se extenderán las sinergias, nadie sobrevivirá solo en la selva digital actual.

No olvidar que cualquier persona puede iniciar, con un teléfono inteligente y algo de manejo de géneros, una historia para contar en este nuevo ecosistema digital que es como una vorágine en expansión.

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